Tuesday, August 15, 2006

Mendoza Obscura

Entre las oscuridades de la ultratumba de la ciudad de Mendoza, Argentina; se encuentran cosas terroríficas. Pero hoy no hablaré de ellas... Hoy hablaré de las oscuridades que se encuentran en bares... Oscuridades tales como en las que tuve la oportunidad de zambullirme el Domingo pasado.

Sin que muchos de ustedes lo sepan, compatriotas, el Black Metal todavía sigue existiendo... Y de hecho lo hace en nuestra mismísima ciudad.
Procederé con mi historia...
Luego de una apacible tarde de Domingo, inusual sin duda, decidimos (dos amigos y mi persona) aventurarnos en un peligroso viaje hacia las oscuridades que se vivirían esa noche en un bar.
Habiendo llegado a las 19hs, aproximadamente, temíamos habernos perdido de algo siendo que la hora estipulada para el evento eran las 18hs... Sin embargo, todavía no se había dado comienzo alguno y la gente, bajo vestimentas largas y negras y, obviamente, muchas capas de maquillaje, seguía esperando a que la noche avanzará para proceder con el ritual.
Tuvimos que sufrir un par de horas de espera, una de las cuales fue aprovechada con una respetable banda de rock progresivo (momento en el cual los sacos largos desaparecieron). Sin embargo, el momento llegó.

Eran pasadas las 22hs cuando desperté acurrucado en el asiento trasero del auto que hasta esas zonas me habían acercado. Levanté mi rostro e intenté ubicarme entre las imagenes confusas que veía entre mis cabellos repartidos por toda mi cara. Finalmente lo recordé: estaba cansado de un fin de semana agitado y en algún momento entre canciones de rock progresivo decidí ir a recostarme.
Miré mi reloj, que en ese momento marcaba las 22.07hs, me levanté, salí y fui a paso rápido por calle Morón hasta que la oscuridad me capturó.
Allí estaba, parado, rodeado nuevamente de trajes largos y con una banda de black metal en preparación.


No fue la espera superior a 20', sin embargo el tiempo no transcurría de la ansiedad de ver a este género perdido.
Apróximadamente a las 22.30hs el momento llegó: las luces se apagaron y entre sonidos ininteligibles entró la banda.
Fue una hora de gritos y ruido y gente saltando y chocándose (a la cual disfrutabamos empujar más fuerte en el momento que se acercaran... Más de uno cayó de cara al suelo).
No creía que tales cosas existieran... Y menos aquí en Mendoza.
Habiéndonos proveído decenas de minutos de alegría, risas y carcajadas, la banda terminó su función y los seres vestidos en sotana, camisa de fuerza, sotana y... uno de hecho estaba con shorts y sin remera (un espectaculo no muy deseable, aunque por suerte no se ve en ninguna foto), con las pinturas de sus caras corridas por el calor de la función, abandonaron el escenario.
Pero sin embargo no fue todo para nosotros.
Gracias a los contactos de mis dos amigos (quienes pueden ver en la foto) con la novia de uno de estos hombres, pudimos ser felices y guardarnos de recuerdo una foto con el vocalista.

Espero que, siendo concientes de que estas cosas existen, ahora ustedes también puedan disfrutar de ellas.
Solo citaré las palabras de uno de mis dos compañeros de viaje en aquel tenebroso día: "(...) Fue casi una experiencia 'religiosa'".

-specialk-

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1 Comments:

Blogger ƒahren said...

Me siento famosa por ser mencionada XD
Cdo sean famosos te prometo que vas a poder estar detrás del escenario..


Ahora... te borraste de la foto! Así no vale! Saludos..

7:36 PM  

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